miércoles, 9 de marzo de 2016

El baile de la muchacha errante



Érase una vez una muchacha que caminaba descalza para escuchar el corazón de la madre tierra
te vas a enfermar le decían, ponte las alpargatas
pero ella tenía un tamborcito dentro de su pecho y nadie podía pararla, bailaba y bailaba y bailando, viajaba.
Y no había techos o paredes capaces de frenarla...
afortunadamente, creció en el campo y entre los cultivos y los bosques bailaba.
Te comerá el tigrillo, decían, ¡te resfriarás, muchacha!
Pero ella danzaba y danzaba y bajo la lluvia, en las tormentas, era cuando más le gustaba.

Has de doblar el lomo, trabaja, ¡trabaja!
Y la niña, bailando, sembraba, regaba y cosechaba las plantas.
Pronto creció en porte y gracia y entonces comenzaron a llamarla para que bailase aquí y allá, le daban de comer e incluso le pagaban.

Pero un día que fueron al pueblo, vio por las noticias de la tele un ballet ruso donde la música y el baile eran casi cosa de dioses...
ella se puso muy triste
¡nunca aprenderé a bailar como esas muchachas!
pero entonces escuchó una voz... venía de dentro del bosque
Tan bajito hablaba
que fue esquivando las hojas y las ramas para no hacer ningún ruido, la pobre muchacha.
Entonces vio al picaflor, y escuchó su canción sagrada
y la muchacha bailó entre las flores, batiendo las palmas.
Pero el tigrillo apareció, oculto tras una rama
y la muchacha se escondió, alerta y fiera, gruñendo con una piedra.
Después vio a los ciervos, los ratones y a todos imitó, bailando el baile de las fieras.
Y cuando volvió, era niña y mayor, llevaba dentro la voz del bosque, en los pies el latido de la Tierra y en su corazón un tambor, y en la voz, las cuerdas.

Y la niña creció, llevó a la ciudad sus fieras, aprendió danzas hermosas, pero fue cuando recordó su peeculiar orquesta, que se sacó los zapatos y bailó dejando las bocas abiertas... lo hizo en teatros, calles y escuelas.

Pero cuando volvió a su aldea, casi no cabía... llevaba la ciudad con ella.
¿Donde has estado, hija, que bailas así, de esa manera?
y entonces volvió al bosque pero se llevó el ritmo de la aldea
y así, en sus talones, se le pegaba el camino
y quiso viajar muy lejos
quiso amar la tierra entera
y viajó y bailó y se hizo mayor
y la gente cuando la veía... veía bosques, ciudades, aldeas, bailarines y bisontes,
Tigrillos, ríos, laderas... y el día que murió
cuando ya era una señora muy vieja, dicen que la Tierra se movió
porque se había convertido en ella

lunes, 7 de marzo de 2016

Círculo druida

Los círculos druidas son una introducción a la sabiduría milenaria de los sacerdotes y sacerdotisas celtas, ellos seguían el camino del bardo, (el músico), para conocer el universo a través de sus vibraciones y para conocer la historia a través de sus canciones, luego, venía la etapa del vate, o poeta, aquella en la que interrogando a la página en blanco, respondían a todas sus preguntas, pues desde lo profundo de uno mismo, porque se hallan las respuestas. Aunque para ello y como una flor hermosa... ha de cultivarse el vacío.
Los druidas aprendían la sagrada escritura rúnica. Las runas sirven también para sacar esa información de dentro de nosotros a fuera, donde podemos escucharla y comprender nuestros procesos evolutivos, el paso del druida, el último de los pasos, es el de aquel que se compromete al equilibrio entre las 4 familias de La Tierra: la mineral, la vegetal, la animal y la humana. Si vives en Madrid y te resuena este mensaje, esta, es una oportunidad preciosa...

viernes, 4 de marzo de 2016

Triste despedida de Berta, un ejemplo de valentía, bondad y coherencia


Hoy he visto un breve en la cuarta página Internacional del diario El Pais, el asesinato de Berta Cáceres, una mujer que puso en jaque al Banco Mundial y a los poderosos sin escrúpulos de su país. Su vida, es una historia que no ha de pasar desapercibida

pincha aquí:

Información sobre Berta Cáceres la defensora de los derechos ambientales e indígenas asesinada en Honduras